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Evolutio, organización socia del Club Excelencia en Gestión, es un ejemplo de participación e interacción en el día a día del Club y en las actividades que propone. Recientemente su CEO, Jacinto Cavestany  ha asistido al último Encuentro en la Cumbre cuya anfitriona ha sido Enaire.  

En esta ocasión, Ángel Mateos Aguado, Director de Estrategia y RRII de Evolutio, reflexiona en esta entrevista sobre la gestión y la cocreación en la cultura de las organizaciones.

En el día a día ¿qué significa llevar a cabo una gestión excelente, innovadora y sostenible? 

Por la naturaleza de nuestro negocio, creo que la excelencia en la gestión está necesariamente vinculada a la innovación, no se entiende la una sin la otra.

Siempre he trabajado bajo tres hitos fundamentales, y creo son los tres ejes necesarios en una buena gestión: Definición unos objetivos claros (Plan Estratégico y táctico claro), ejecución y ambición en el desarrollo e implementación de los objetivos y por último medición de los resultados. Este proceso se convierte en circular, en algo vivo en el día a día, que tiene que retroalimentarse y permitir ir ajustando según los distintos impactos que situaciones internas o externas puedan ir afectando a nuestros objetivos.

El poder aprovechar oportunidades o reducir impactos negativos viene marcado por la agilidad y eficiencia de la compañía para reaccionar a estas situaciones creadas. La innovación, entendida como generación de acciones para afrontar situaciones positivas o negativas es crítica. Estas acciones van desde la generación de nuevos servicios, con los cuales generar nuevos mercados o cubrir necesidades de los clientes, hasta aprovechar nuevas tecnologías para transformar la compañía digitalmente siendo más eficiente, más ágil, atender mejor las necesidades de nuestros clientes y a la sociedad.

En mi compañía, Evolutio, siempre hemos creído y fomentado una cultura participativa y de innovación, con distintos programas y con ese doble enfoque: ¿Como ayudar mejor a nuestros clientes y sociedad? y ¿Como ser mejores en nuestra gestión?

Este trabajo participativo de todos ha ayudado a mejorar procesos de gestión, hemos sido capaces de encontrar soluciones tecnológicas que nos han ayudado a reducir tiempos, hemos desarrollado soluciones para clientes basadas en estas experiencias, hemos generado ideas que hemos convertido en realidad, etc.

Tengo que reconocer que la generación de esta cultura interna no es un proceso sencillo, lleva tiempo, pero una vez generada esta dinámica la motivación y el ambiente generado compensa el esfuerzo.

Vivimos momentos de cambios acelerados, lo que supone un reto adicional en el sector de la consultoría y la integración de servicios cloud, ya que la rapidez no debe suponer una pérdida de calidad, pero el mercado nos exige más y más agilidad, más y más adaptación al cambio con cada vez menos margen de maniobra. Y mucho más en terrenos como el de la ciberseguridad o la experiencia de cliente, los cuales, si fallan, afectan directamente la línea de flotación de las empresas.

Todos somos conscientes del gran reto que la economía y la sociedad tienen por delante. Debemos mantener nuestra competitividad y expectativas de crecimiento, pero de manera sostenible. Y esto también pasa por la eficiencia de procesos, hacer más y mejor con los mismos recursos: es algo solo posible con una cultura de innovación continua.

En resumen, estos tres pilares como son la excelencia, la innovación y la sostenibilidad están conectados. Se apoyan entre sí y a su vez soportan la competitividad de las empresas hoy.

¿De qué forma podemos integrar la co-creación en la cultura de las organizaciones?

Cuando pienso en la integración de la cultura de co-creación dentro de una organización, hay tres aspectos a tener en cuenta: individuo, equipo y organización. La generación de esta cultura tiene que desarrollarse en esos tres ámbitos para que pueda arraigar con fuerza en la organización y hacer frente a muchas de las situaciones del día a día: presupuestos reducidos, carga de trabajo, reestructuraciones, etc.

Muchas veces, cuando hablamos de co-creación, se nos sugieren cambios que van desde un nuevo diseño de la oficina con ambiente generadores de ideas, hasta proveer a los empleados de soluciones tecnológicas que ayuden al desarrollo de ideas. Sinceramente y basado en mi experiencia, hay dos claves importantes: el equipo directivo cree y genera esta cultura, generándose de arriba abajo en la organización, para que luego fluya en dirección contraria, y segundo y más importante el reconocimiento público e incentivación de los generadores de innovación en la compañía.

He participado y creado programas de generación de innovación en la organización, y al final es el reconocimiento público, el premio y la motivación que genera ver el resultado de una idea convertida en resultado, la que más puede motivar al individuo, al equipo. Además, lleva consigo otros beneficios adicionales, como puede ser generación y retención de talento, y orgullo de pertenencia a un grupo.

Hay un aspecto más a considerar y que muchas veces olvidamos, el cliente, involucrar a los agentes externos: clientes o partners debe ser también parte de la generación de la cultura de co-creación de una organización. Pongo un ejemplo que en su momento me fue inspirador, todos hemos jugado con las piezas de Lego y en algún momento hemos intentado hacer nuestros propios diseños, es decir hemos intentado innovar, generar nuevas construcciones. Alguien en Lego vio en eso una oportunidad, lanzando en su momento un programa en la web, donde desde la organización hasta sus aficionados se podían proponer nuevos diseños y construcciones. Estas se votaban, y sobre pasado un número de votos, creo 10.000 votos, pasaban a un equipo de diseño que veía su viabilidad.

Si finalmente se llegaba a producir, se daba un 1% de las ventas como royalties a la persona o personas generadoras de la idea.

Muchas veces la innovación está ahí, en la organización, en un cliente o en un partner, pero necesitamos darle el canal, la herramienta necesaria para que se manifieste.

Algunos ejemplos que llevamos a cabo en Evolutio: hemos puesto en marcha el Evolutio Thinking Space, es nuestro centro de co-innovación que sirve de espacio de encuentro profesional, dedicado a la co-creación y al diseño de soluciones tecnológicas creativas como palanca para afrontar sus retos, porque creemos que en la innovación para resolver muchos de los retos de la economía digital que estamos viviendo

Otro ejemplo de esta filosofía es el “Evolutio Innovation Lab”, un espacio de co-innovación impulsado por Amazon Web Services (AWS) ubicado en la Torre Foster, en Madrid, diseñado para ayudar a sus clientes a desarrollar proyectos innovadores basados en tecnologías cloud, gracias a los servicios de conectividad proporcionados por Evolutio.

También hemos creado programas internos de desarrollo de la innovación, con premios a las ideas más innovadoras llevadas a cabo y con ese reconocimiento público necesario.

¿Podrías darnos algún ejemplo de práctica inspiradora con relación a la gestión?

Siendo pequeño, unos 10 años, y el pequeño de muchos primos, cuando nos reuníamos, los mayores, creaban un juego que me tenía cautivado. En sí, el juego necesitaba de cierta preparación: sobre una base cartón o corcho se desplegaba un mapa de una batalla previamente seleccionada, tras cierta lectura de la batalla sobre alfileres se colocaban trozos de papel que identificaban las distintas piezas de los dos contendientes, luego se llevaba a cabo los movimientos de la batalla tal como indicaban los libros.

Eso despertó en mi la curiosidad por conocer e investigar aquello que me llama la atención, pero también me introdujo en el mundo de la estrategia y de la gestión: ¿Por qué se había perdido o ganado la batalla? ¿había fallado la estrategia? ¿había fallado la gestión: falta de recursos o suministros?

Cuando se lee un libro, por ejemplo, “El día que España derroto a Inglaterra” de Pablo Victoria, se puede hacer desde un punto de vista histórico, de hechos sucedidos o con un punto de vista de gestión y estrategia, como es mi caso.  

La importancia de la gestión de recursos limitados ante un adversario mucho más numeroso, el estudio del terreno (permitidme el símil, estudiando el mercado), la estrategia y táctica definida, un equipo motivado, el liderazgo son piezas fundamentales para finalmente derrotar al enemigo o conquistar el mercado.

Hay ejemplos mucho más cercanos, de gestión y como crear una cultura de innovación, uno podría ser el modelo que llevo a cabo Steve Jobs cuando adquirió Pixar. Movió las oficinas a “Del Monte”, inicialmente diseñadas para ser alojadas en 3 edificios, pero en su lugar planifico un espacio central donde todos los equipos pudieran interactuar unos con otros. El reto era como conseguir que eso sucediera: ¿Como conseguir que los empleados interactuaran en un ambiente generador de ideas? ¿Cómo conseguir el ambiente impulsor? y así convertir ese espacio en el centro de incubación y generación de eficiencia y proyectos, como se buscaba. Para ello, en ese espacio central, se diseñó una cafetería, salas de reuniones, tiendas y espacio de ocio, se fue creando la base y el medio para que las ideas y el trabajo en equipo innovador surgiera, por supuesto y además de generar esa cultura en toda la compañía.

Bajo un concepto similar, Haussmann diseñó la ciudad de Paris, pero esto lo dejo a vuestra curiosidad e investigación.