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Entre los socios del Club Excelencia en Gestión que se han volcado en aportar a la sociedad a partir de varios proyectos de buenas prácticas está la Fundación Altran. Ha puesto en marcha un plan integral contra la COVID-19 en la que están participando más de 300 empleados voluntarios y en torno a 35 partners de entes públicos y privados y del Tercer Sector.

En concreto son seis los proyectos solidarios que se están llevando a cabo, dirigidos a mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales médicos, las personas mayores, los niños y niñas en riesgo de exclusión social y las fundaciones que están ayudando a grupos de población vulnerables.

Estos han surgido gracias a la creatividad de sus trabajadores, que han presentado una serie de ideas para desarrollar iniciativas de alto impacto. De hecho, la organización está abierta a acoger nuevas propuestas. Por otra parte, entre los partners que están dando su apoyo están gobiernos regionales como el de Madrid, Cataluña, Andalucía y Castilla y León; empresas como Seat, Navantia o HP; y organizaciones sin ánimo de lucro como Cruz Roja Española, Fundación Telefónica y la Comunidad Makers COVID-19, entre otros.

Durante las pasadas semanas, Altran y sus colaboradores han fabricado material sanitario con impresoras 3D. Se han contabilizado 9.400 pantallas de protección y 300 piezas para respiradores. También se están desarrollando propuestas tecnológicas basadas en deep learning y big data para detectar o predecir contagios.

Pero no son éstas las únicas iniciativas en el ámbito digital. Por un lado, se ha donado material tecnológico a Cruz Roja Juventud y a los gobiernos regionales para que se reparta entre los colectivos más necesitados. Por otro, se han desarrollado píldoras educativas y formativas también junto con Cruz Roja Juventud y se están dando clases formativas por videoconferencia.

Además, en colaboración con las fundaciones Telefónica, Orange y Vodafone, se están gestionando las necesidades digitales de diversas organizaciones sin ánimo de lucro, y planificando ayudas para dar soporte a cerca de 8.000 niños y niñas sin recursos. Por otra parte, se ofreciendo acompañamiento telefónico a personas mayores que viven solas.

Propuestas como estas se han convertido en importantes puntos de apoyo para aquellas personas con mayores necesidades, sobre todo desde el punto de vista tecnológico, intentando reducir las desigualdades y mejorar la calidad de vida de aquellos que están sufriendo el confinamiento en soledad. Una serie de acciones de gran impacto social con las que se están forjando una serie de alianzas fuertes que, probablemente, perdurarán en el tiempo.