Pasar al contenido principal

Gestión 5.0 y el músculo ambidiestro

Joseba Arano, Asesor Modelo EFQM en Pascual

El Modelo EFQM 2020 y también la recién liberada versión 2025, en el bloque dedicado a la Ejecución, desarrolla  un criterio completo que titula “gestionar el funcionamiento y la transformación” en el que establece cómo en un contexto de creciente complejidad la capacidad de la organización de simultanear y balancear sus capacidades de explotación y de exploración, de gestionar su funcionamiento y la transformación, se convierten en una ventaja competitiva clave para poder alcanzar y sostener resultados sobresalientes y por tanto ser sostenible desde todas las perspectivas a lo largo del tiempo.

Sin embargo, se trata de una capacidad paradójica que la academia del management denomina “ambidestreza” u “organizaciones ambidiestras”. En un lenguaje más popular podríamos describirla como la capacidad de “sorber o soplar al mismo tiempo”. O aplicar el chiste, famoso para los que somos de Bilbao, de poder ir “a por setas y a por Rolex en la misma salida al monte”. Es decir, en el ámbito de la gestión parecen ser términos contradictorios u opuestos. 

Aparentemente si estás muy enfocado a la eficiencia y a la productividad y a cumplir los estándares de tus procesos es difícil que, de forma simultánea, seas capaz de ser muy innovador, estés abierto a la exploración o seas muy ágil y rápido. Y sin embargo el Modelo EFQM nos plantea la necesidad de simultanear y balancear ambas capacidades a nivel organizativo para estar en mejores condiciones de alcanzar resultados sobresalientes.

Por ello, existe una clara necesidad de que las organizaciones sean capaces de desarrollar esa capacidad de ser excelentes en la gestión de la eficiencia, de la productividad, de sacar el máximo rendimiento de los activos actualmente disponibles, de la innovación incremental, de la mejora continua de los procesos actuales… Y, a la vez, simultanear el desarrollo y su aplicación de capacidades de adaptabilidad, innovación radical o de nuevos modelos de negocio, agilidad y exploración, que nos permitan adaptarnos a los rápidos cambios del entorno. 

La gran cuestión es cómo desarrollar esas capacidades ambidiestras en nuestras organizaciones, cómo alimentarlas y cómo hacerlas sostenibles. Y la respuesta parece estar en los elementos que nos plantea la Gestión 5.0 que desde el Club de Excelencia en Gestión se promueve y divulga.

La Gestión 5.0 es el proyecto de investigación sobre cómo será la gestión en el futuro, a partir de las observaciones de las organizaciones más avanzadas en gestión, que el Club Excelencia en Gestión está desarrollando. Hasta ahora, se han centrado en tres grandes ejes de gestión: las Personas y su Talento, la Innovación y la Tecnología y los Ecosistemas y Alianzas. Cada uno de estos ejes consta inicialmente de 5 conceptos de gestión de acuerdo con el siguiente cuadro:

La ambidestreza, que sería el “músculo”, la capacidad organizativa que nos permite gestionar de forma simultánea el funcionamiento y la transformación, se construye en base a elementos “intangibles” que se desarrollan en el marco de la Gestión 5.0.

En el eje de Personas y Talento cobra especial relevancia el papel de los managers y la forma en cómo ejercen su liderazgo y la dirección de sus equipos. Los entornos ambidiestros requieren la habilidad de generar contextos de seguridad psicológica que empoderen a los equipos, sin renunciar a la disciplina del cumplimiento de los estándares y a su mejora continua. Sin duda se trata de un gran reto de flexibilidad mental y operativa para los managers y que cambia de forma importante la forma tradicional en cómo han desempeñado su trabajo y por lo que se les ha valorado. 

También la ambidestreza supone un reto muy relevante para los profesionales y por ello es importante el desarrollo continuo de capacidades con un enfoque de aprendizaje y de formación fundamentalmente en el puesto de trabajo y en la relación con otros. Se convierte en una necesidad que la cultura interna debe promover y alimentar de manera continua, acompañando y alentando ese esfuerzo y reforzando la responsabilidad del propio profesional en su desarrollo.

Por último, en el eje de Personas y Talento la adopción de nuevas formas de trabajo me parece el camino de mayor impacto y de mayor capacidad transformacional de las organizaciones. Hay que tener en cuenta que el cambio de mentalidad y de cultura se produce si se da en primer lugar un cambio de rutinas o hábitos de trabajo en toda la organización. Los nuevos comportamientos que se integran adoptando nuevas formas en el ámbito laboral generan nuevos contextos que a su vez acaban desencadenando una nueva mentalidad. De ahí la potencia de los cambios en las formas de trabajo cuando están lideradas desde la dirección con un compromiso de los propios directores de ser parte activa y de liderar con el ejemplo esas nuevas formas de trabajar. 

En el eje de la Innovación y Tecnología, que es un claro impulsor de la gestión de la transformación de la organización, destacaría también la importancia de la tecnología y sobre todo la analítica y gestión de los datos como medio para mejorar la eficiencia y la productividad de nuestras operaciones. Pero también la potencia de ésta para reforzar la reducción de la variabilidad de los procesos, la mejora de la calidad de los mismos, la predictibilidad de los modos de fallo etc. En definitiva, entender mejor la causa efecto del porqué suceden las cosas.

Es decir, los modelos clásicos de calidad y las herramientas tradicionales de mejora continua se refuerzan claramente con la disponibilidad de modelos de datos más potentes, en relación con más variables, con un acceso más rápido y completo. La potencia de la IA y su capacidad de ayudarnos en el análisis de datos, en mejorar nuestra productividad en el trabajo diario, nos ofrece herramientas para reforzar nuestro músculo ambidiestro.

Por último, en el eje de Ecosistemas y Alianzas destacaría la importancia del “capital relacional”, que es aquel que desarrolla nuevo conocimiento derivado de las relaciones entre las personas de la propia organización y las que se generan con personas y entes de fuera de la propia organización como un elemento clave para el desarrollo de la capacidad ambidiestra. Por ello se requiere desarrollar una cultura abierta al aprendizaje, que internamente rompa silos entre departamentos y áreas y que aproveche al máximo las oportunidades y sinergias que se producen de las relaciones con nuestras cadenas de valor, que nos ayuden a construir ecosistema con todos nuestros grupos de interés ya que de ahí se reforzarán esas capacidades que nos permitirán ser excelentes en el funcionamiento y en la transformación.

El reto es grande pero la oportunidad también lo es. Desarrollar el músculo ambidiestro reforzará nuestra competitividad y nuestra sostenibilidad. Los grandes retos a los que nos enfrentamos requieren de capacidades extraordinarias que se construyen desde las personas pero que se elevan al ámbito organizativo y que bien gestionadas pueden suponer ventajas competitivas diferenciales y de gran calado. La Gestión 5.0 nos puede ayudar a ello.

Modelo EFQM
Gestión 5.0
ecosistema
alianzas
innovación
tecnología
transformación
Genérico
Modelo EFQM
Sostenibilidad
Gran empresa
Micro-pyme
Pyme